martes, 17 de septiembre de 2013

Antonio Capilla Loma


Nace en 1954 en Cantillana (Sevilla) y reside en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y Diplomado en Magisterio en la especialidad de Lengua y Literatura. Se ha dedicado a la labor docente durante más de treinta años a la que vez que cultiva la creación poética.
Además de colaboraciones en revistas y antologías, ha participado en recitales de poesía por diversas ciudades de España. Entre otras obras ha publicado: CANTOS DE LA INFANCIA Y DOCE POEMAS DE AMOR, Comunicación Literaria de Autores, Bilbao, 1985; Y EL CORAZÓN AL VIENTO, Edición de autor, Madrid, 1991; VIENTO DEL SUR, Huerga y Fierro Ediciones, Madrid, 2009; EL FUEGO EN LA PALABRA, Huerga y Fierro Ediciones, Madrid, 2012; EL ÁGUILA DE FUEGO CON LAS ALAS DEL TIEMPO, Huerga y Fierro Ediciones, Madrid, 2013.
Algunos de sus poemas se pueden leer en el blog del autor http://lavozquenadieapaga.blogspot.com/, LA VOZ QUE NADIE APAGA, y en antologías poéticas tales como: Arte fénix, Antología de poesía universal, Poetas para el siglo XXI, Poetas andaluces contemporáneos, Poetas del 15 de mayo, Álora la bien cercada, Poesía solidaria del mundo, Poetas en la red, Poetas andaluces de ahora... 


PORQUE TÚ TIENES ALMA DE MUJER

Erguida, enhiesta, firme,
Esbelta y compasada
Por las brisas marinas
Socavas la bóveda del cielo
En incansable afán.

Compañera del mar
De hirsuta cabellera,
Te hundes en la arena y la sostienes
Manteniendo esta fuerza
El infinito eterno que te llama.

Centinela del tiempo,
Eres Antorcha Olímpica
Vencedora del sol y la tormenta,
Del viento huracanado y el ciclón...

Y eres espiga que en el talle cede
Cuando el hado golpea sin piedad
Para volver a erguirte siempre
Porque tú tienes temple de mujer.

(Antonio Capilla, poema inédito, Pozuelo, 2013)



SOMBRA QUE AL TIEMPO ESCAPA

Un relámpago ilumina la alcoba,
Y titilan los muebles
Del interior desnudo.

Siempre que llueve y escapa la luz,
Incandescentes caras de la noche
Son las pobres bombillas
De la oscura ciudad desamparada.

Y un escalofrío enciende los huesos
Testigos mudos del acontecer,
Los muros del presente.

La vida se consume en el incendio
De los días perdidos,
De las tristes reyertas de la nada,
De la desesperanza paralítica.

Hace falta más lluvia,
Lluvia diluvio que limpie las llagas,
Que frote las heridas necrosadas.

Hacen falta relámpagos
Que abrasen las conciencias,
Que enciendan la luz del entendimiento,
Que iluminen el corazón en sombras.

Manos perdidas que no alcanzan manos,
Músculo de fuego que muere helado,
Ojos de hielo que se vuelven páramos...

Sombra que al tiempo escapa,
Y tu vida, luz en la sombra, pasa
Consumiendo la carne
Para no dejar nada.


(Antonio Capilla, en EL ÁGUILA DE FUEGO CON LAS ALAS DEL TIEMPO, Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2013)

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