miércoles, 23 de octubre de 2013

Sagrario Maqueira


Nací un 21 de junio, en Jerez de la Frontera (Cádiz) en el seno de una familia  llena de valores que me han sabido transmitir.

Ya en mi juventud  descubrí  la pasión por los libros y por la escritura,  aparque mis estudios de psicología para formar una familia, la cual considero mi mayor obra, y a la que me he dedicado por completo, con tres hijos maravillosos que me llenan de orgullo y un marido que me  acompaña desde entonces en el transcurrir de la vida.

En ésta etapa de mi vida, entendí que no debía dejar asignaturas pendientes, así que ahora me apunto al carro de las segundas oportunidades y  desde febrero de 2012 he vuelto a llenar folios de letras y sentimientos.
He publicado varios poemas en las revistas Azuldemar y Azahar y he participado en el Festival Grito de mujer.

En la actualidad colaboro en una empresa de comunicación, con artistas locales en distintas performance y en diversos foros de poesía y escritura.


Mi huella

Cuando llegue ya la hora de mi muerte
Y yo entorne mis ojos al pasado
Quisiera ver en el camino andado
La perenne huella de mi paso fuerte

No dejaré en las manos de la suerte
El acopio  espiritual  del legado
Que por los míos sea siempre Venerado
Cuando mi cuerpo ya descanse Inerte

Es un lujo vivir esta quimera
Y aunque juro que la vida  disfruto
Cuando llegue mi fin, dejen que muera

No guarden tras mi muerte negro luto
Marcharía  satisfecha si supiera
Que mi estancia en  la vida dio buen fruto.




Más allá de la razón

Te regalo mis momentos,
primeras veces que el tiempo
como dogma de un comienzo,
atesoró para mí.
La gnosis de un alma hambrienta
que en espíritu acrecienta
el sentido de su existir.
Escapando del hastío
Que convertirá en baldío
lo vasto de su jardín.
Conocimiento profundo
de dispares sentimientos
que alberga en sus adentros
sin tener explicación,
y que escapan a este mundo,
más allá de la razón.
Te ofrezco otras tantas  veces
sabiendo que lo mereces,
y que encontraras el modo
de unir nuestras emociones
en elevada dimensión.
Vibrando en una frecuencia
de un estado de  consciencia
inmensamente superior.


La grandeza del corazón.

Es demasiado grande  mi  corazón
para albergar un solo amor.
Puedo abandonarme a amar un sueño
y quedarme aferrada a un sentimiento,
o enfrentarme al amor cada momento
y ser verdugo y reo al mismo tiempo.
Amar de forma apasionada, o muy, muy lento.
Puedo amar a sorbos y a mordiscos.
Puedo amar a un alma y también  a un cuerpo,
a una ilusión, a una mirada, a un verso,
a una canción, a un libro, al universo.
Puedo amar al esposo y al amigo,
a la madre, a la hermana, al hijo,
a la vida y al Dios que la bendijo.
Yo amo la libertad, y el precipicio
por donde me asomo para alzar el vuelo,
y  también el mar donde navego.
Amo cada final y cada inicio,
la sombra de lo que fui, y lo que pude haber sido.
También te amo a ti,
…y aún me sigue sobrando sitio.
                                                                         

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