lunes, 29 de septiembre de 2014

LUIS ÁNGEL RUIZ HERRERO


Luis Ángel Ruiz Herrero

RESEÑA BIOGRÁFICA: He publicado varios libros de poesía, todos a traves de asociaciones literarias. He publicado una novela "El Péndulo", Muñoz Moya  editores, año 1994. Y una narración breve que ganó el 2º premio certamen de Bailén, en el año 1999.

POEMAS:

PLAZA DE PRIEGO
                   Para Isabel Rodríguez
Esto pudiera ser un claustro verde
del gran convento señorial llamado Priego.
El agua pugna su estatura blanca
y los fustes marrones que lo envuelven
acuñan capiteles que están vivos,
se mueven al rezar al Dios del viento,
como invictos guardianes del sosiego.

Yo quiero aquí permanecerme solo
rezándole a la paz de este castillo,
aspirarme en la luz atardecida,
sentirme un alma más, una campana
que tañe en corazón las pulsaciones
de plácidos recuerdos  y calurosas luchas
que acompañan al alma en su ternura
y desnudan el compás de los colores.

Y yo desaparezco en esta calma
como fantasma que recorre el miedo
de estancarse en la magia de esta Plaza
que huele a cielo y su humedad es tierra
para rendirme ya por siempre  en sus olores.

Y presagiarme eterno entre sus casas
y desmayarme en el pasado muerto
y revivirme en su presente vivo.

            PRIEGO

Algo de mí ya vive en Priego, ahora
La niebla de mis libros en La Vega,
Hacia El Cañuelo, reblandece el germen
De tanta voz escrita,
 De un coro de palabras
Que plantaron en mi alma el bosque verde
Del consuelo,  y la húmeda sombría
De ese triste sentir que es la derrota.
Ya vive en Priego algo de mí. El germen,
Esa querencia, ese latido azul
Desde la Luna, atrapará el murmullo
De la serena claridad del valle,
Para volverse corazón eterno
En la palabra quieta de la aurora,

Y en el fértil rubor de su arboleda.


                                  Luis A. Ruiz



ORACIÓN PROFANA
                               Para Pepa Díaz

Y vinieron los sueños de aceitunas.

La clara luz, como si hablara en lenguas
Suspendidas en ramas y olivares,
Apretadas de vida, nos habló
De otra oración de niebla y de esperanza.

Bastaba con mirar la ingravidez
De estos campos de Priego
De refugiar nuestra mirada quieta
En el quebrado lienzo espiritual
Que lo protege, único y agreste,
Para calmar la sed en el sosiego.
Bastaba con rezar. Rezar al viento
Que madura los secretos  del olivo.
Sentirse en Priego, recogido y solo.
Sentir otro latido, otra esperanza
Que vuelve del olivo trasparente
En ese zumo espeso y verde, sangre
Trasfundida de paz y nuevo aliento.

Recemos
Por ese sueño nuestro en cada día,
Por esa luz que de los ojos nace
Y en otros ojos se hace fuente y ansiolítico,
Por nuestra voz y roce humanos
Que en  otro canto necesita abrirse
Flor de aliento, metáfora y canción.

Y la fragancia intensa de la vida
Que posa en la garganta y en los labios
Una seca sonrisa de batalla perdida
Colgada de la astilla incrédula y amarga
De un vaso tosco de aguardiente seco.
¡Recemos!, porque veo el sol y el horizonte.
Porque hay un nuevo día con sus besos.
Porque hay un nuevo roce con su espiral de llama
Que llama al corazón a que se abra
Como una flor, como otra flor abierta
Que en nuestros ojos necesita luz
Para  impregnarse en el color y alivio
Con que soplar en nuestro pecho la alegría.









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