viernes, 16 de septiembre de 2016

FRANCISCO DÍAZ AGUILERA


Francisco Javier Díaz Aguilera, es Abogado y Empleado Público del Sector Portuario Estatal.


Nacido en 1960 en la ciudad de Tánger (Marruecos). Vuelve a España a los ocho años de edad y se afinca definitivamente en la ciudad de Cádiz.


Allí, en contacto con la magia de Cai desarrolla su especial sensibilidad por lo valores humanos y especialmente su profundo amor a dicha ciudad. Desde muy temprana edad, descubre la mar, el olor a sal y la pesca con caña del país sobre piedra ostionera. Se enamora de su Caleta y deambula por callejones a ritmo de tango.


Amante de un buen vino tinto, una mejor mesa y una siempre deseable tertulia. La vida le pasa factura en forma de esclerosis múltiple. Se tronca su escribir y abandona sus cuentos. Diez años después, algo en su interior le hace volver a ver poesía en aquellas cosas que le apasionan; alquimia de letras en forma de poema.


La pluma brota con rapidez y coplas a su tierra, amor vs desamor, flores y yo no sé qué, componen sus poemarios.

No es amante de concursos, escribe para quien lo quiera leer y su mayor ilusión emborronar una hoja de papel. Cuenta con algunas publicaciones en recopilaciones de poesía o relatos breves, pero para él sin interés.




Para amar hace falta valor.

Cuántas veces escrito "te quiero"

Sobre un trozo de papel
Amor como Torre de Babel
En la vida aún espero.

Corazón cicatrizado

Cuántas heridas sufridas
Tempestades no queridas
Amor siempre hechizado.

Alma petrificada

Sedimentos de sentimientos
Pasión falsificada.

Testimonios de amor

Relatos sin razón
Para amar hace falta valor.



Sexagenario.

Su pelo blanco
Mirada paciente
Saludo al entrar en el café.
Respuesta con prisas
"Ahora le atiendo",
No tengo prisa
La prisa es para nada
!qué más da!.
Todo llegará
La vida pasa
Tiempo que viene y va,
Un café para saborear
En la quietud
De quién ya sabe disfrutar.

1 comentario:

  1. Rezumas verdades como templos. Yo también hago mis pinitos pero tienes un no-sé-qué que que-sé-yo que invades. Estás muy por encima pero, como bien dices, no hay prisa por llegar. Si llego. Un saludo, poeta.

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