viernes, 7 de octubre de 2016

ANTONIO MOLINA MEDINA



Era el año del señor de 1942 y nací donde tenía que nacer, en ‘Romiya’, pedanía de Chauchita, (Granada). Hijo de Antonio y de Luisa, de nacionalidad Andaluza al rescoldo de una llama que, en la vega de Granada, alumbró antes que yo. Él fue un poeta con garra; yo, pobre de mí, no soy nada. Pero su alma se agita dentro de esta cavidad que da sentido a mi vida y sin él no viviría.

Trabajos publicados: Alguno pero lo importante para mí es vivir para y por la poesía, ya que para lo que me queda mejor (entre tanto putrefacto), los años me dicen que mejor vivir en paz dando todo lo que tienes, al servicio los demás.

Además, poco interesa, quizás ‘na’. Ahí andamos por los caminos llenos de zarzas, recogiendo imágenes del verde que te quiero verde y envuelto entre sus ramas, por la Castilla profunda. Hoy… va deambulando mi alma recordando en cada trocha, a la tierra mía.

Un hombre del Cobre de Al -Yazirat Al-Jadra, Valderrubio ¿El pueblo olvidado de Lorca?, Los Ángeles están en Orduña, El Cobre (Algeciras) Su Historia, su riqueza y sus Personajes…

Sigo caminando por las veredas de antaño, revolcándome en el barro, dormitando en la era mientras el trillo y las mulas dan vueltas y vueltas a la esencia de mi vida… Largo es el camino y limpias las veredas por donde antaño caminaba con las cabras y cuidaba los pavos entre cañaverales de ríos abiertos cuyo caudal atraparon los sentimientos que llevo dentro buscando al poeta de la Fuente el que aligera mi cuerpo y da alas a mi alma, para ser libre en mi huerto. Y soñando con mi tierra y con volver a su encuentro.



CINCUENTA AÑOS DE LLUVIA

Llegaron las lluvias del invierno.
Ateridos, se refugiaron en una cueva,
secaron su cuerpo y la candela les enardeció.
Durmieron abrazados,
dándose el calor que sus cuerpos precisaban.
En consonancia con la pureza de sus almas.

Soñaron juventud y trapos viejos.
Sintieron mocedad tan añorada.
Se perdieron los dos en la pradera
disfrutando del día y de la noche.
Cantaron canciones trasnochadas,
reales y sublimes llenas de esperanza.

Amaron lo inenarrable.
Se quisieron como nadie les quiso.
El viento limpiaba sus rostros de lágrimas.
Se sintieron libres como él.

Sonrisa placentera fluye de sus ojos
que dominaban con orgullo la solana.



MUJER Y NIÑA

Ese niño que tú has recompuesto,
que no sabía ya jugar con muñecos.
Que sentía deshecho su corazón.
Le has recogido y puesto en la arena.
El agua de sus ojos ha manado y
su río ha sabido encauzar.
El amor que de su cuerpo ha brotado.
Es aún fuego rescatado de
presidio ancestral.
El querer hace vida patente y,
sonoro, le brota del corazón.
Se hace grande y noble
cruzando su río cual joven arroyo
de agua limpia,
brotada de manantial.

De las choperas, su sombra le alcanza,
se reclina para descansar.
El murmullo de un gorrión que
alegra sus cantos se hacen notar.
¡Cuánto amor desfoga su pecho!
No podrá desprenderse de él
hasta el propio asiento final.

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