miércoles, 7 de marzo de 2018

Un paseo por la historia de Bornos

Los primeros restos humanos son del paleolítico inferior o medio (hace unos 30.000 años). Existen también restos que atestiguan presencia íbera y romana. Las ruinas de Carissa Aurelia permiten conocer esta época. La ciudad de Carissa fue primero municipio romano y posteriormente "Cives Romani", con derecho incluso a acuñar moneda propia, durante el mandato de Vespasiano.
La población actual fue creada alrededor del alcázar del Fontanar. Fue tomada por las tropas cristianas a mediados del siglo XIIIAlfonso X el Sabio, entregó la población a Per del Castel, caballero gaditano, en esta etapa la población cambia varias veces de mano hasta que en 1398 se vendió Bornos, su castillo y su término, por 3.000 doblas, al Adelantado Mayor de Andalucía Per Afán de Ribera I. Permaneció bajo el dominio de la Casa de Alcalá hasta la independencia municipal, siendo su vinculación tal que el blasón de los Ribera y el escudo de la población son idénticos.


Por su situación geográfica en el límite de la sierra y la campiña gaditanas, Bornos ha sido históricamente un lugar de intercambio de culturas desde la época romana, a la que se remontan los primeros asentamientos de la zona en la cercana Carissa Aurelia.​El casco histórico de Bornos gira en torno a la torre fortificada de Fontanar, construida por los árabes con fines militares pero reformada y ampliada en época renacentista para su uso residencial por los duques de Alcalá de los Gazules, quienes también encargaron al arquitecto napolitano Benvenuto Tortelo el diseño de un jardín italiano. , Durante el siglo XVII y principios del XVIII las principales familias, atraídas por el refinamiento de este conjunto, sitúan en las proximidades del castillo sus casas señoriales. Entre ellas destacan las de los Ordóñez y del Pintado. Otros edificios singulares son el Monasterio de los Jerónimos, la Ermita de la Resurrección, el Colegio de la Sangre y el Convento del Corpus Christi, todos ellos del siglo XVI; el Monasterio de los Franciscanos y la Ermita del Calvario (siglo XVIII), y el Ayuntamiento, de estilo neoclásico y construido en 1830. Destaca en general su buen estado de conservación facilitado por las actuaciones urbanísticas realizadas.